lunes, 8 de febrero de 2010

Adiós a un hincha

Mientras que el campeonato Apertura 2010 no se detiene ni por la lluvia, el miércoles tres de Febrero se detuvo la vida de un hincha de fútbol. Nadie habló de violencia, de seguridad en las canchas o de sus operativos. Aurelio Cornacchia, un italiano fanático de Boca Juniors, dejó de existir.
Oriundo de Monteleone Di Puglia, al sur de Italia, más precisamente el talón de la bota, llegó a la Argentina en 1953, a los 25 años de edad con mucha ilusión y todas la ganas de trabajar. “Angurriento de trabajo” eran sus palabras para comentar sus primeros días en la Argentina. Admiraba al Milan, porque venia de salir campeón en dos oportunidades del Calchio,  pero de a poco lo fue cambiando por el Boca Juniors de Mario Boyé, Pizzuti, Musimessi entre otros.
No se si Aurelio alguna vez fue a la cancha, pero como único plomero y gasista en Rafael Calzada trabajó instalando el agua y el gas en la mayoría de las casas de su ciudad. En 1969 abrió una ferretería que atendía junto a Sarita, su compañera de vida por 52 años.
Era padre de Luis, Silvia, Roxana, Marcela y Nora, y abuelo de Alejandra, Adriana, Romina y Fabricio.
Tal vez Aurelio no era el gran hincha de fútbol que enriquece a ese gran negocio de hoy. No. Aurelio fue hincha de la vida con sus hijos y nietos y con el renovado entusiasmo cada vez que veía a su Boca Juniors o a la selección Argentina, la que misma que adoptó por amor a sus hijos y a esta tierra que lo vio crecer.
Hoy, con nuestros valores cambiados, leemos tragedias en las tapas de los diarios, mientras que personas como Aurelio Cornacchia pasan inadvertidas del ojo público. Solo quedan vivas en el recuerdo de quienes tuvimos la suerte de conocerlo.

2 comentarios:

  1. Gracias por esta nota, por las palabras cariñosas. Gracias de corazón. Excelente nota.

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  2. GRACIAS CARLOS. Me dejaste sin palabras y con los ojos humedos de emocion. Solo falto decir que siempre hacia algun comentario en cada jugada... y no se si en italiano, castellano o vaya a saber uno en que idioma... Gracias otra vez. Marcela

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